Ya en la sala de usos múltiples, los pequeños empezaron a corear ¡Mirandés, Mirandés! con tal fuerza que se escuchaba por todo el colegio. Los jugadores, vitoreados, hicieron su entrada y los peques escucharon las historias que los jugadores habían preparado para ellos.
En el turno de preguntas, los niños se ruborizaron mucho más de lo normal y apenas se atrevieron a hablar con sus ídolos. Eso sí, mientras Jon les decía que la historia que más le había gustado era "la de los cabritillos" Arkaitz se interesaba por "cómo son los balones" con los que juegan. Después, los de 3, 4 y 5 años se hicieron una foto con los jugadores.
Los mayores
El turno fue después para los de Primaria. Unax, de 1º y jugador de La Charca, fue el primero en acercarse a ellos. Después, el silencio fue una misión imposible. Demasiados nervios. Los chavales sólo querían acercarse a los jugadores y costaba escuchar los fragmentos de El Quijote que habían seleccionado. Por eso Ion Vélez no dudó en decirles: "Luego os voy a examinar, ¿vale?" y los niños se partieron de la risa con la ocurrencia del jugador.
Una vez acabaron con sus relatos, comenzaron las preguntas. Algunas de ellas de lo más divertidas como "si jugáis contra todos nosotros, ¿nos ganaríais?", "¿Cuál es el mejor jugador del Mirandés?", "¿Cuántos goles habéis marcado contra Messi y Cristiano Ronaldo?" a lo que contestaron de un modo fantástico: "Messi es el mejor jugador del mundo. Vamos a trabajar para subir a Primera y poder enfrentarnos a él". Y ahí se lió entre los niños. Unos defendían que era mejor Cristiano Ronaldo y otros Messi, si bien, en las votaciones, todos apostaron por el Mirandés.
Finalmente, los alumnos se acercaron a ellos para entregarles dibujos que habían hecho. Sin embargo, de los dibujos pasaron también sin previo aviso a los autógrafos y con muchísima paciencia los jugadores atendieron al más de centenar de chavales que les reclamaron.
Desde este blog queremos agradecer enormemente la gran paciencia que tuvieron con los niños así como su amabilidad en todo momento. Somos conscientes de que les ha supuesto un esfuerzo estar en el colegio y lo han hecho de una forma fantástica.