
Padres y madres de Infantil del CEIP Cervantes hemos comenzado a limpiar
las zonas verdes del colegio donde en lugar de césped sólo hay matojos,
malas hierbas y otras plantas tipo cardo. A pesar de que han pasado dos
cursos escolares desde que abrió sus puertas el colegio más nuevo de la
ciudad, la empresa encargada de las zonas ajardinadas sigue sin
concluir estos espacios, cuyo mantenimiento es además su obligación
durante cinco años desde la fecha de entrega. Por lo tanto, no hay ni
césped ni flores plantadas y, en cuanto empieza el buen tiempo, las
malas hierbas superan la altura de los niños pequeños. Esto genera
suciedad y que los bichos acudan a estos rincones, con el consecuente
malestar y preocupación entre los padres.
La situación es aún peor en el huerto escolar. Cuando los padres
pusimos en marcha este año el huerto escolar
nos encontramos con que a tan sólo una cuarta de profundidad había
escoria así como restos de obras (hay que tener en
cuenta que el cole está asentado en terrenos que antes eran de
RENFE). Esto supone que lo plantado, a pesar del esfuerzo, no termina de
germinar en condiciones y que tenemos una gran
dificultad a la hora de realizar bancales.
A
pesar de que la dirección del centro se ha puesto en numerosas ocasiones en contacto con la dirección provincial de Educación y que los padres han hablado con un representante de la Junta para solucionar ésta y otras cuestiones, la situación sigue igual.

Por ello, madres y padres de 1ºB de Infantil han optado por limpiar todas las malas hierbas de las zonas
más transitadas por los pequeños. Esta
iniciativa se hizo extensible a todos los padres del ciclo educativo. De este modo, el jueves 12 de marzo los
convocados limpiaron, en la medida de sus posibilidades, la parte
delantera del colegio, lugar de acceso de los niños, así como el arenero
situado en el patio usado por los alumnos de Infantil. Éste ocupa
prácticamente un tercio del patio y permanece cerrado ya que la arena
está compactada, llena de malezas, encharcada y con verdín, por lo que los
niños están concentrados en un área muy inferior a la que podrían
disfrutar.